La Calesita de Caballos de Mar...

Homenaje a mi infancia, a quienes hicieron de ella una remembranza feliz a pesar de ser triste, un poco de literatura, opinión y todo con sabor a Tamara.

Tuesday, March 28, 2006

Comentarios muy al pasar sobre el 24 de Marzo


Pasaron mas días de los que hubiese querido realmente, pero han sido varias las complicaciones cotidianas las que me impidieron dejar aquí un registro de algunas opiniones sobre la marcha del 24 de marzo. Por mi profesión tengo contacto con adolescentes y veo a veces con preocupación que algunos de ellos no se interesen en la historia de nuestro país, sobre todo en la historia funesta de los años bajo los gobiernos de facto. En mi humilde opinión estas cosas no hay que olvidarlas para que no vuelvan a ocurrir y hay que responsabilizar y procesar a los culpables, como corresponde a todo aquel que viola un derecho humano. En ese sentido me complació mucho ver tanta gente manifestando su repudio. Considero que no se puede vivir reviviendo el pasado pero tampoco se puede hacer borrón y cuenta nueva de ciertas cosas, el futuro se construye con una conciencia de lo pasado. Quisiera que los gobiernos se ocuparan un poco mas del presente de muchos que es bastante complicado.

Wednesday, March 22, 2006

Un poema escrito en mi infancia


Se dice que un duende

es un viejo que aprende
se dice que rosas
son flores hermosas
las rosas, los duendes
estan muy presentesen
estos, mis tiempos
que ya no tan niña
crece, crece y crece
mujer que ya muy pronto
se acaban los duendes ?
las rosas, presentes.


Imagen : Sculpted Crimson Curls / Wolff

Introducción a mi Blog



Cual es el valor de la infancia? Cuanto valen los recuerdos de momentos felices inmersos en una infancia triste? La alegría es una 'blue note' en el silencio absoluto que todo lo abarca. Siempre se trata de volver a aquel lugar y momento donde alguna vez fuimos felices, al lugar que fuera nuestro continente afectivo. Cuando la soledad y el abandono provienen de la familia, como en mi caso, una se aferra a otras cosas para subsanar las ausencias, el colegio, los libros, la amistad. Yo rara vez pude entenderme con chicos de mi edad, ellos no compartían mis inquietudes. Además mis padres fomentaron siempre un estricto perfil de responsabilidad y seriedad, sin darme lugar para experimentar las necesidades de un chico común, sus inocencias, sus puerilidades. En fin... Yo no creo en las brechas generacionales, tales cosas no se imponen al afecto. He comprobado que en la intimidad de un barrio pueden hacerse amigos los viejos ya olvidados, los jóvenes sin un lugar y los niños indefensos ante los valores cada vez mas en desuso de la familia. Hace mucho tiempo que vivo en Barrio Norte, sin embargo mi corazón mira siempre hacia aquel otro barrio porteño que es La Paternal. Puedo decir sin miedo a equivocarme que cada cosa que he realizado en mi vida es una proyección de mi infancia cristalizada allí. Siento que esa niña que fuí me habla todo el tiempo, al oído, como si fuese el hombrecito del azulejo (de Manuel Mujica Lainez) cuidándome desde un lugar preciso y exacto, desde la penumbra del crepúsculo o del alba. A veces susurrando palabras azules, otras color carmesí. Ojalá hubiera sabido escucharla siempre, otra sería mi vida hoy, lo confieso. Entonces, con todo lo ya dicho, cómo no estar yo eternamente enamorada de aquellos viejos y muchachos que como trapecista sin red tomaron mis manos de nena abandonada de afectos y me elevaron, salvándome ? A ellos y a mi infancia, entonces, intentaré rendir homenaje en este blog.

foto:www.trekearth.com